La epica del ciclismo: Huelva Extrema

En el calendario andaluz de ciclismo de las ultimas temporadas las pruebas maratón son un componente común del calendario, pero hay unas pocas que son el objetivo preferencial de los que montamos en bici, son esas en las que estar ya en la salida, es un triunfo, vivir la prueba es algo especial, y el cruzar la meta tras horas de sufrimiento es un premio increíble.
A principios de año apareció en el calendario una prueba, Huelva Extrema (se barajo también Transonuba), 152km, Huelva de norte a sur, salida de la sierra y llegada en la playa, todo caminos,.... ¡¡ESTAMOS LOCOS O QUE¡¡, si la gente esta protestando por que las maratones son muy duras continuamente, ¿quien se va a apuntar ahí?, me decía una y otra vez. Estaba claro que no comprendía para nada lo que era la prueba y el ser humano me volvía a sorprender una vez mas.

Ganando Maraton Almonaster, ultima prueba preparatoria

Inscripciones abiertas y 500 dorsales volaron en 8 dias, impresionante. Aqui comence a entender la verdadera Huelva Extrema, hemos tenido carreras del mucho prestigio, incluso Campeonatos de España, pero aquí nos encontrábamos con algo que superaba todo lo vivido y que tenía su desenlace final el día de la prueba cuando llegaba a meta el ultimo participante con 12 horas encima de la bici.
Para empezar algo que difería para mi era el revuelo en mi pueblo, en mi entorno cercano, ese que me escuchaba lunes tras lunes las historias y batallitas de nuestras carreras. 19 bartolinos estaríamos en la linea de salida de Santa Ana, 17 compañeros que tenían dos meses para preparar una prueba con una distancia y duración muy superior a la que cualquiera había vivido cualquiera de ellos en su vida. Es mas ni yo mismo sabia lo que eran mas de 5 horas en una competición de MTB.

La grupeta bartolina preparada para la salida

Dos meses de consejos, de wassap echando humo en el grupo San Bartolome MTB, de planes con la familia para seguir el recorrido e ir a ver la llegada, esa llegada que todos perseguían como si fuera una medalla olimpica. Se vivia con mucho respeto, pero sobre todo con mucha ilusión.

27 de abril, 9:00, pistoletazo de salida y a por la historia, a escribir otra pagina mas en mi historia deportiva, en este caso con un reto nuevo e ilusionante para mi, por delante mi provincia, mi familia apoyándome y 155km que el Garmin me iba a ir restando kilómetro a kilómetro.
Salgo sin miedo, apretando y con la cabeza fría, tirando de experiencia y controlando a todo lo que no me gustara por allí. Los rivales los conozco de sobra (y ellos a mi) y desde el principio veo que hay poco respeto por la distancia que nos queda.
Pasan las pistas, los charcos, los pueblos con sus sorpresas como en la Zarza con su impresionante mina, y el ambientazo de Calañas. Seguimos 7 en cabeza, el terreno no es el que va a marcar la dureza hoy, va a ser la distancia y el tiempo encima de la bici.
Una cosa que me sorprende de algunos corredores de gran nivel físico, es que a pesar de los años que llevan corriendo y de las veces que se han estrellado con la mecánica o la técnica, sigan corriendo una y otra vez igual. En esta prueba, a pesar que muchos las calificaran como pistera y para carreteros, el auténtico biker salia de nuevo beneficiado, 6 horas por el campo dan para mucho y el cuidado por la bici y el buen manejo de la misma te hacen ganar muchos minutos al final.

Paso por el rio Odiel

Al llegar a la Torerera se dan las circustánscias idóneas para darle un giro  a la carrera, terreno de piedras cortantes, mas técnico y revirado, es momento de aumentar el ritmo a modo rally y ver que pasa. Pues paso, caídas, pinchazo, falta de técnica y no llevar la bici adecuada (horquilla rígida), hizo que nos quedáramos tres en cabeza, mi hermano que sabe leer mis ideas rápido, Alejo  y yo.
Hay que abrir hueco, esconderse en las curvas, comienza una guerra física y psicológica con los de atrás, tienen que perder referencia y perder esta batalla. Me siento fuerte, tiro con ganas y los tres marcamos distancia con los de atrás, pero los kilómetros no bajan, ojuuuu lo que queda.
Llegamos a la Corcha y primera parada del día, cojo comida, pido agua y me voy rápido, peeeero sin agua, menos mal que llevo camelback, aunque cortito ya de agua. Comenzamos a transitar por nuestro terreno, repechos a tope, Alejo cabecea mas de la cuenta y mi hermano prueba, no puede seguirlo y yo aguanto detrás hasta que me suelta "Javi dale que yo no entreno para tanto, solo puedo hacer 3h-3h30 como mucho y voy fatal". Pero que me dices muchacho si el que va delante entrena 1h15 al día y yo 30 min más, ciclismo 1.0 frente a a ciclismo 2.0, no digo nada mas. Po te lo has ganado, ataque a muerte y no hay marcha atrás, 40, 42,... km/h en esos llanos hasta coger a mi hermano y pasar Gibraleón como balas. Camino del infierno hasta Aljaraque y paso mi primer bajon del día. Cabeza Javier, que sabes que esto iba a pasar, gel pal cuerpo y agua.
Se pasa pero estoy seco y las horas ya pesan, entramos en el pinar, bajamos un poco el ritmo, el cuerpo lo pide pero sin perder la vista en lo que venga por detrás. Llegamos al camino del bocina, el tronchacuernos, la laguna, El Paraiso (bote de Agua por fin) y 5km para meta, mas de 5h 30 sobre la bici, pero desaparece el agotamiento, duelen menos las piernas y los brazos, hemos superado e reto, llegamos a la meta, desde la otra punta de la provincia, del frío de la sierra a la brisa del mar, naturaleza en plenitud.

5h50, paso por el Arco de meta y nueva victoria para mi hermano y yo secundándolo, hemos vuelto a hacerlo, nos hemos salido de nuevo con la nuestra, entrenando a nuestra manera, haciendo las cosas bien y compitiendo rozando casi la perfección.
Gracias Huelva Extrema por hacerme vivir la épica del deporte, volverme a superar de nuevo, a disfrutar con toda mi familia y amigos de este gran día de fiesta. 18 de los 19 bartolinos terminaron la prueba, pusieron sus cuerpos al limite, se superaron a si mismos y regresaron todos a casa con una gran sonrisa y satisfacción.

HASTA EL AÑO QUE VIENE, HUELVA EXTREMA